A pesar de las especulaciones y los malos augurios, parece que Canon no se ha dado aún por vencida y continuará trabajando en su línea de cámaras compactas sin espejo. Puede que las EOS-M no gocen de ninguna clase de popularidad frente a las NEX o a las Fujifilm X, pero por alguna razón que no llegamos a comprender, Canon se niega tanto a abandonar el segmento como a apostar fuerte por él.
No en vano, de no ser por este zoom recién presentado para la gama menos célebre de la firma nipona, pocos se acordarían de ella.
Canon EF-M 55-200mm f/4.5-6-3
Se trata del primer zoom largo fabricado para las EOS-M. Un barrilete bien diseñado, fabricado en metal y compacto que ofrece la cobertura focal más interesante y flexible entre todos los objetivos existentes para el sistema sin espejo.
Con sus 88-320mm (en paso universal), lo mismo te vale para un retrato (de lejos, eso sí) que para fotografía de naturaleza o fotografía deportiva. Su apertura máxima tampoco es para tirar cohetes, pero se entiende que Canon ha decidido sacrificar luminosidad a cambio de un precio más o menos asequible (recordemos que las Canon EOS-M están bien lejos de constituir una alternativa profesional).
En lo que se refiere a su construcción interna, el nuevo 55-200mm consta de 17 elementos distribuidos en 11 grupos diferentes, entre los que se incluye una lente de baja dispersión, luce un diafragma de 7 hojas y enfoca a partir de un metro de distancia.
Por supuesto dispone de estabilizador IS de 3,5 pasos, además de un motor de enfoque marca de la casa STM, que augura un funcionamiento rápido y silencioso.
Saldrá a la venta el próximo mes de julio por un precio que rondará los 400 euros.