Para terminar (por ahora) con la brasa que estamos dando con el fotoperiodismo y los reporteros de guerra, no podíamos dejar de hablar del primer gran icono femenino del fotoperiodismo: Gerda Taro, cuya breve vida está íntimamente ligada a la de Robert Capa y a la Guerra Civil española.
Hija de judíos polacos, Gerta Pohorylle (de ahora en adelante, “Gerda Taro”) nació en Alemania en 1910 dentro de un entorno pequeñoburgués. Muy joven abandonó el entorno confortable en el que se crió para unirse a los movimientos socialistas y obreros, razón más que suficiente para dejar el país germano cuando los nazis accedieron al poder.
Un vez en París, Gerda Taro conoció a un tal André Friedman, un fotógrafo húngaro y judío del que se enamoró, que le enseñó las técnicas fotográficas y con el que decidió crear el personaje ficticio de Robert Capa.
Sí, han leído bien. El fotoperiodista más importante de la historia no existía. Fue una creación de Gerda Taro y Friedman, que lo inventaron para ganar más dinero con sus reportajes. Así, los dos publicaban sus trabajos con el nombre de Robert Capa, un presunto fotoperiodista norteamericano que había llegado a París para trabajar en el bando republicano cobrando el triple que un fotógrafo francés.
En 1936, Taro y Friedman (sí, Robert Capa) se trasladan a España para cubrir la Guerra Civil, desarrollando el fresco más valioso del aberrante conflicto español. De Taro, destacan muy particularmente sus imágenes de la batalla de Brunete, que le valieron un gran reconocimiento.
Pero las tropas Nacionales realizaron una cruenta contraofensiva con aviones y Taro decidió volver al frente del oeste de Madrid, muriendo en la batalla el 26 de julio de 1937 con sólo 26 años.
Gerda Taro se ha convertido en uno de los mitos más importantes de la historia del fotoperiodismo. En su corta pero intensa vida fotografió los instantes más decisivos de la Guerra Civil, y su trabajo sirvió para alimentar la leyenda de Robert Capa.
Obviamente, tras el fin del conflicto, Friedman conservó el nombre de Capa, y lo demás ya es Historia.