Leica suma y sigue. Si para el próximo mes de mayo esperamos (o al menos yo) que se confirme el lanzamiento de una “revolucionaria” M10, para el verano Leica prepara una edición limitada de su cámara más popular, la M9. Una versión albina (plateada y blanca) de ésta que hará las delicias de los fotógrafos de bolsillo abultado.
Como su hermana negra (o de color, como prefieran), montará un sensor de 35 milímetros, lo que la convierte en la cámara de formato completo más pequeña y manejable del mundo, poniendo en entredicho todas las virtudes aplicadas a las micro cuatro tercios (con sensor más pequeño incluso que el de las réflex).
Por supuesto, su cuerpo será de aleación de magnesio, garantizando resistencia y durabilidad, y contará con un sistema de detección automática de objetos (no sólo de caras), botones para acceder rápidamente a las funciones más necesarias y empleadas para disparar con rapidez (por ejemplo: el iso se maneja apretando únicamente un botón), así como de una versatilidad incomparable para montar objetivos fabricados, incluso, en los años 50.
Ahora bien, esta edición limitada reduce su stock a sólo cincuenta unidades, lo que tampoco debe constituir un problema para el común de los mortales si consideramos que su precio aproximado será de unos 24.000 €; es decir: lo mismo que si te comprases seis Canon EOS 5D o que si pagases la entrada para el piso.
Para más inri, la Leica M9 blanca vendrá acompañada por un objetivo Noctilux-M 50mm f/0,95, una burrada de lente hipersensible, muy adecuada para la fotografía nocturna (por supuesto, sin ruido ni trepidaciones), que deja en pañales cualquier objetivo de la gama L.
Así que nada, si queréis emular los logros de Cartier-Bresson o Winnogrand y decir adiós a las medias tintas de las réflex, las micro cuatro tercios o las cámaras de espejo translúcido, aquí tenéis vuestra M9.