Olympus es una de las marcas que más ha invertido a lo largo de su historia en el diseño y la fabricación de cámaras todoterreno. Sin alcanzar la versatilidad de las GoPro, su gama Tough es ya todo un clásico para los aficionados a inmortalizar sus batacazos, sus jornadas de alpinismo o sus pinitos sobre una tabla de surf.
Lo más llamativo de la nueva Olympus TG-1 se encuentra, sin duda, en su focal: un 25-100 mm con una apertura máxima de f2; esto es: un objetivo muy, muy luminoso, poco habitual en este tipo de compactas, que permite trabajar sin problemas escenas poco iluminadas.
Por otra parte, posee un zoom de cuatro aumentos, ampliable hasta los 6,8 con las lentes de conversión que trae de serie; un sensor retroiluminado CMOS de 12 megapíxeles alimentado por un procesador TruePic VI; flash LED y grabación de vídeo en Full HD (como ya es habitual en toda cámara que se precie).
Destaca también la posibilidad de convertir su objetivo en un ojo de pez gracias al empleo de las antes mencionadas lentes incorporadas, su GPS y una brújula digital.
En lo que se refiere a su fortaleza, la Olympus TG-1 aguanta una caída desde dos metros de altura, es capaz de soportar diez grados bajo cero (muy apropiada para nuestro clima, sí) y es sumergible hasta doce metros de profundidad.
En definitiva: una muy buena opción para aquellos a los que les gusta ir con su cámara a todos lados sin reparar en posibles adversidades, ideal para viajes en los que no sabes dónde vas a terminar o sencillamente para pasar las tardes de agosto haciendo el chufla en la orilla de cualquier playa.
Eso sí: habrá que esperar unas semanas para saber cuál será su precio de salida.