Charlando el otro día con un colega que lleva ya sus años dedicándose al mundo de la fotografía de bodas, me comentaba que los fotógrafos de la BBC (bodas, bautizos y comuniones) suelen ser los más despreciados por los fotoperiodistas y los artistas.
Éstos creen que su trabajo se limita a sumar momentos más o menos obvios empleando unas perspectivas y unos procesados completamente planos.
Sin embargo, si echamos un vistazo al trabajo de algunos fotógrafos de bodas, no tendremos más remedio que admitir que poco a poco se está comenzando a introducir una corriente de aire fresco que propone nuevas soluciones estéticas que no tienen nada que envidiar a otros géneros más apreciados.
En cualquier caso, la fotografía de bodas es, sin ningún género de duda, una de los más rentables, y puede servir para amortizar nuestra sapiencia fotográfica y dedicar los ingresos percibidos a realizar otro tipo de trabajos más personales (o no).
Poco a poco, y a través de distintas entradas, vamos a ir viendo cuáles son las claves elementales para adentrarse en este mundo y comprender su funcionamiento, empezando hoy mismo con una pregunta elemental: ¿cómo hago para convertirme en fotógrafo de bodas?
No se trata de algo sencillo, más bien al contrario. Hoy día, cada ciudad, pueblo o región posee un entramado profesional asentado, una serie de profesionales que se dedican a la fotografía de bodas que se conocen perfectamente, se tratan con asiduidad y ofrecen unas tarifas y precios aproximados.
Digamos que cada uno posee su clientela y se respetan dentro de la medida de lo posible. Así que el hecho de que entre un nuevo profesional en ese ecosistema fotográfico puede suponer un cataclismo.
Se puede comenzar por las buenas, montando una página web en la que anunciemos nuestros servicios y unas tarifas; pero lo más probable es que nos despeñemos inmediatamente en el anonimato.
Para entrar en el mundo de la fotografía de bodas, primero hay que entrar en contacto con él. Es decir: conviene acercarse a las empresas o a los particulares que llevan tiempo trabajando en nuestra ciudad y conocerlos. No pretender seducir a los novios con tarifas absurdas que no hacen sino devaluar el trabajo de tus compañeros y aprender poco a poco las normas que rigen el negocio.
Por muy bueno, inteligente o brillante que te creas, piensa que eres el último en llegar y que será muy sencillo hacerte frente.
Aunque los portfolios y las páginas web puedan funcionar, al final, lo más importante es tener contactos, y, para ello, nada mejor que comenzar buscando un trabajo como Second Shooter, como ayudante de un fotógrafo de bodas con experiencia que pueda iniciarte. Así aprenderás con rapidez, obtendrás fotos con las que podrás buscar tus propios clientes y conocerás el negocio.
Para ser Second Shooter es aconsejable tener un buen portfolio con imágenes de eventos sociales y ser humilde. Ir poco a poco. No pretender correr cuando ni siquiera se ha comenzado a caminar. Y, sobre todo, atender a todo lo que hace tu “maestro”.
En la próxima entrada veremos qué es necesario tener (tanto en lo que se refiere a equipo como a personalidad) para no naufragar dentro de este mundo tan peculiar.