Ya hablamos maravillas del nuevo pancake (“tortita”, en inglés) de Canon; pero me temo que vamos a tener que bajar bastante el volumen de las loas vertidas sobre él dado el último comunicado emitido por la división norteamericana de la compañía.
Así, el objetivo Canon EF 40mm f/2.8 STM posee un error de fabricación que clama al cielo por su obviedad: según parece, cuando se agarra o sujeta el miniobjetivo con demasiada fuerza, su autofocus deja de funcionar adecuadamente.
Cómo un fabricante con tantísimos años de experiencia puede haber cometido un error de semejante envergadura se nos escapa por completo. Porque ya no se trata de que funcione mal en determinadas condiciones (como sucedió con la Mark III), sino de una mera cuestión de mecánica elemental.
Lo más sangrante del asunto es que, según la mencionada nota, la marca nipona pretende solucionar el problema a través de una actualización de firmware, lo que nos parece un absoluto sinsentido.
En primer lugar, porque si hablamos de sujetar o apretar un objetivo, su falibilidad no depende de la relación entre su software y su hardware, sino de su diseño; y, en segundo lugar, porque un objetivo que cuesta apenas 200 dólares pide a gritos un reemplazo in situ para todos sus poseedores.
Recordamos que el pancake de Canon ha sido diseñado especialmente para la grabación de vídeo y para su empleo en la nueva sin-espejo de Canon, que posee una apertura máxima de 2,8 y que se presentaba como uno de los objetivos más valiosos de la marca en lo que se refiere a su relación calidad-precio.
Es más, el que esto escribe estaba decidido a hacerse con uno en cuanto se realizasen las primeras pruebas de rendimiento; aunque me temo que habrá que esperar un tiempo prudencial antes de arrojarse nuevamente a las fauces de Canon.