Quién le iba a decir al primer señor al que le dio por subir una fotografía a internet que, con el paso de los años, las páginas de fotografía se convertirían en una importante fuente de investigación para los científicos.
Según podemos leer en la web de información general NPR (National Public Radio), el biólogo californiano Shaun Winterton acaba de hacer público el descubrimiento de una nueva clase de crisopa (insecto artrópodo caníbal que pueden ver retratado sobre estas líneas), con la que se tropezó gracias a su amistad con el fotógrafo malayo Guek Hock Ping.
Este último llevaba años fotografiando insectos de las selvas de Malasia y subía los resultados de sus incursiones en el mundo de la entomología a su página de Flickr. Cuál fue la sorpresa de Winterton cuando se encontró con que su colega había subido una toma de un insecto del que no se tenía constancia.
Por supuesto, para validar el descubrimiento, Hock tuvo que hacerse con un ejemplar vivo y hacérselo llegar al biólogo, aunque lo que aquí nos interesa es la manera en que las redes sociales de fotografía pueden dar lugar a usos, investigaciones y análisis que pasan desapercibidos para los propios usuarios de la página.
No en vano, según NPR, son ya muchísimos los años que llevan los científicos e investigadores de toda índole ayudándose de Flickr para desarrollar sus teorías, ya que, sin pretenderlo, constituye una fuente inagotable de material gráfico en el que se describe el comportamiento de todo tipo de especies (incluida la humana, por supuesto).
Así, los biólogos marinos emplean las imágenes que se toman de las colas de las ballenas para identificarlas y seguirles el rastro a través del planeta; mientras que las agencias de publicidad sólo tienen que echarle un vistazo a las fotografías más valoradas para saber cuáles son los gustos imperantes en cada sitio y momento.