El que Canon presente la actualización del firmware de la Canon EOS-1D X supone todo un alivio. Y no tanto porque yo posea una sino porque viene a confirmar que es una cámara que realmente existe (¿alguien ha visto alguna además de las empleadas en los Juegos Olímpicos de Londres?), dejando así de constituir una suerte de leyenda digital urbana.
La versión 1.0.6 del firmware de la supercámara de Canon no viene a solucionar ningún problema tan flagrante como los que afectaban a sus hermanas menores, pero sí que realiza una serie de ajustes que a bien seguro harán las delicias de los poseedores (que alguien me presente a uno por favor) de esta bestia.
En primer lugar, la actualización soluciona un problema que afectaba al “microajuste” del enfoque, lo que nos hace pensar que la EOS-1 D X realiza enfoques que están vedados al resto de los mortales.
Para continuar, el nuevo firmware corrige un problema de backfocus (no se enfoca lo que vemos en el visor o la pantalla, sino lo que hay inmediatamente después) al emplear convertidores y focales muy concretas (la EF 70-200 mm f/2L IS USM, para ser más precisos).
Asimismo soluciona un problema relacionado con el empleo simultáneo de varias tarjetas de memoria y un error en los datos EXIF de las imágenes, que no mostraban correctamente el AF.
Por último, se ha añadido una función para que sepamos con precisión si nuestras fotos se han transmitido correctamente a un servidor FTP al usar el transmisor de archivos inalámbrico WFT-E6.
Sinceramente, los señores responsables de Canon deberían cortarse un poco con la publicación de actualizaciones de firmware como ésta: no hacen sino llenarnos la cabeza de pajaritos a los que tenemos que conformarnos con una réflex mucho más modesta.