Hay compactas y compactas, como acaba de demostrar Casio con la renovación mayor de su Exilim EX-ZR700. Porque desde los modelos más básicos que podemos encontrar en el mercado hasta esta Exilim EX-ZR800 hay un trecho que cuestiona la necesidad de hacerse con otros tipos de cámara (las mirrorless, por ejemplo) más caras a no ser que vayas a exprimirlas hasta su último píxel.
Verbigracia: la nueva compacta de Casio monta un sensor de 16 megapíxeles que, gracias a su motor Exilim Engine HS, es capaz de realizar 30 fotografías por segundo en ráfaga. Una burrada, vamos.
Si a esto unimos que es capaz de disparar en formato RAW y que dispone de controles manuales, no nos queda otro remedio que reconocer que nos hallamos ante una gran cámara.
Con un diseño sobrio pero ergonómico (gracias a la incorporación de un pequeño grip), la ZR800 monta un objetivo integrado muy bien dotado, que parte de los 24mm para alcanzar los 450 (en paso universal).
Además graba vídeo en Full HD a 30 fotogramas por segundo y añade a los controles manuales una serie de modos de disparo automático que facilitan enormemente el trabajo a los que no quieren complicarse la vida: filtros creativos, panorámicas de 360 grados y hasta una opción para realizar time-lapses sin tener que comerse mucho la cabeza.
Su pantalla trasera mide tres pulgadas y posee una resolución de 920.000 puntos, aunque sobresale por encima de todas sus prestaciones un nuevo estabilizador de cinco ejes que se presume especialmente idóneo para los barridos a alta velocidad.
Para variar, aún se desconocen tanto su fecha de salida como su precio, aunque si consideramos el de la Casio Exilim EX–ZR700, podemos aventurar que no pasará de los 500€ (buen precio, en mi opinión, para una de las compactas más completas del mercado).