Tras el lanzamiento de dos nuevas cámaras compactas, Nikon ha presentado un nuevo gadget de esos que tanta gracia nos hacen por su simplicidad, versatilidad y utilidad.
Se trata de una luz continua, denominada LD-1000, que está especialmente diseñada para grabar vídeo sin necesidad de llevar con nosotros luces externas y baterías, y para realizar fotografías macro o primeros planos.
Su alcance es bastante limitado, así que debemos olvidar su uso para iluminar grandes escenas. Se trata más bien de un recurso simple y bien diseñado para trabajar con elementos cercanos.
La luz LED LD-1000 está compuesta por cuatro pequeños LEDS recubiertos por un cristal difusor que ofrece una luz mucho más suave que la de un flash externo. Esto, que puede ser a su vez una limitación (olvidaos de números de guía largos), tiene sus atractivos: los retratos se alejan de los quemados a los que tienen habituados los flashes integrados, y la grabación de vídeo es realmente cómoda debido al tamaño reducido del artilugio.
Otra ventaja de este mini foco de luz continua es que (en realidad, como todos los focos de luz continua) podemos modelar la luz antes de disparar. No necesitamos coordinar la potencia del flash con la cámara como sucede con el sistema ETTL, ya que veremos en el propio visor o en la pantalla cómo va quedando la luz antes de disparar.
La potencia de la luz tiene dos modalidades: “alta” o “baja”, y se acopla a la cámara gracias a una bisagra (incluida en el precio y denominada SK-1000) que se calza en la rosca para el trípode. Además, hace uso de pilas pequeñas; nada de baterías.
Tendrá un precio bastante ajustado (110€) y ha sido concebido para las Nikon 1 y las CoolPix, aunque se puede ensamblar en cualquier cámara con rosca para trípode cuya longitud no sobrepase las dimensiones del brazo para acoplar la luz.