Desde que Ricoh se hizo con Pentax ha tenido mucho cuidado de no perder clientes manteniendo el nombre de la firma conocida por la fabricación de cámaras digitales. Sin embargo, tras la asunción por parte de los compradores del cambio de nomenclatura, la marca nipona ha decidido eliminar cualquier vestigio de Pentax para firmar sus cámaras con el nombre de Ricoh.
La primera serie en la que podemos observar este cambio es el de las clásicas cámaras todoterreno Pentax, que acaban de ser renovadas para ofrecer unas especificaciones más rotundas.
Ricoh WG-4
Se trata del modelo más sobresaliente de la gama, que mantiene el sensor, la resolución (16 megapíxeles) y el objetivo (25-100mm f2-4.9) de su antecesora para subrayar una ostensible mejora en lo que se refiere a su resistencia.
Así, puede sumergirse hasta los 14 metros de profundidad durante 2 horas, soporta una cáida desde 2 metros de altura y aguanta 100 kilos de presión.
También mantiene el anillo con 6 luces led que sirven como flash para realizar fotografías macro, aunque añade nuevas funciones para disparar en modos semi-manuales.
A la versión monda y lironda de la WG-4 acompaña una versión con WIFI integrado.
Ricoh WG-20
Hermana menor de la WG-4, posee menos resolución (14 megapíxeles), grabación de vídeo más limitada y una menor resistencia: sólo se puede sumergir hasta 10 metros de profundidad (también durante 2 horas), aguanta caídas desde un metro y medio de altura y temperaturas de hasta 10 grados bajo cero.
Las tres cámaras todoterreno mantienen el arriesgadísimo diseño de sus antecesoras, y suponemos que también mantendrán su precio, que no es nada desorbitado si consideramos su rendimiento en condiciones extremas.
Se presentan además en diferentes colores que vienen a afear aún más su cuestionable aspecto.