Después de tanto redundar en la obra de los más afamados fotógrafos callejeros, de los gurús de la imagen del instante decisivo o los padres (y madres) del divorcio con las reglas compositivas, hoy nos vamos a las antípodas de la espontaneidad para recordar a uno de los fotógrafos más brillantes, estrictos, precisos y perfectos que uno puede echarse a la cara: Helmut Newton.
El fotógrafo de moda más importante de la historia no lo tuvo fácil para iniciarse en el mundo de la fotografía. Aunque nació en Alemania, por su origen judío no tuvo más remedio que pasarse buena parte de su vida huyendo de un país a otro. Recaló en Singapur, y más tarde se instaló en Australia, donde fue recluido por su nacionalidad. Posteriormente se alistó en las fuerzas del país para luchar en la Segunda Guerra Mundial.
Su afición por la fotografía y la moda lo llevaron a abandonar el continente austral para afincarse definitivamente en París, donde pudo dar rienda suelta a su genio para captar el lado más provocador del mundo de la moda y las modelos.
Su estilo es frío, compositivamente perfecto, de tal modo que cada una de sus imágenes constituye una lección de técnica fotográfica. Esta técnica impecable viene además acompañada por un manejo de la luz artificial inconmensurable. Ilumina cada escena como un escultor de volúmenes de tonos plateados que desprenden elegancia y glamour por los cuatro costados.
Sin embargo, el contenido de su obra es bizarro, imponente y cautivador. Helmut Newton es el fotógrafo que mejor sabe captar la desnudez de las modelos más relevantes de la historia reciente de la moda. Con su cámara parece querer captar las entrañas de ésta mostrando unos cuerpos esculpidos a golpe de dietas y gimnasios. Linda Evangelista o Naomi Campbell resultan en sus retratos atractivas pero a la vez temibles y violentas.
La obra de Newton se caracteriza además por la obsesión y el fetichismo. Son habituales sus retratos de mujeres completamente desnudas alzadas sobre tacones de aguja kilométricos. La obscenidad y el sexo por el sexo no parecen proceder de la mirada inquisitiva de una mente masculina, sino que terminan ofreciendo una imagen incluso feminista de una mujer fuerte, fatal e independiente que emplea los lugares comunes del machismo para alzarse como una figura rotunda y poderosa.
Helmut Newton falleció en 2004 en un accidente de tráfico, y ha pasado a la historia como el gran revolucionario de la fotografía de estudio y de moda.
edward olive says
un genio gracias saludos