La organización de PhotoEspaña 2012 acaba de anunciar al ganador de su premio absoluto: el leonés Alberto García-Alix, quien se lo ha llevado, según el propio jurado, por si inigualable estilo, su valor artístico, su influencia dentro y fuera de nuestras fronteras y, sobre todo (y lo que me parece más relevante), por “la autenticidad de su mirada y su experiencia vital”.
Retratista incólume con varias décadas de trabajo a sus espaldas, Alberto García-Alix es un fotógrafo que poco a poco ha sabido dejar atrás cualquier tentativa de objetivismo para poco a poco asumir y expresar con genialidad su propia experiencia de la vida, una subjetividad visual que funciona como una suerte de apisonadora estética.
Curiosamente, es además uno de los pocos fotógrafos consagrados que emplea el título de sus fotografías para ampliar el alcance semántico de lo meramente visual (algo completamente desaconsejado por la mayoría de los fotógrafos profesionales).
Ha trabajado para Vogue o Vanity Fair, y es un enamorado del blanco y negro que emplea de manera casi exclusiva una Hasselblad y una Leica (tonto no es, desde luego).
Su expresionismo cercano y a veces histriónico comenzó a hacerse célebre a partir de la serie de retratos que dedicó a los principales abanderados de la movida madrileña, entre los que se encuentran Pedro Almodóvar o Emma Suárez. También destacan sus retratos al grandísimo Camarón de la Isla.
Entre otros premios, Alberto García-Alix se ha hecho con el Premio Nacional de Fotografía (1999) y su obra ha recorrido los principales museos y las mejores galerías del mundo.
Mucho ojo a la fotografía que os dejo en la cabecera de esta entrada y a la manera en la que el título completa su significado. De lo mejorcito que se puede admirar en la fotografía contemporánea.