Esta semana otra absurda guerra se lleva por delante a dos fotoperiodistas antológicos: Tim Hetherington y Chris Hondros, ambos con una enorme trayectoria en conflictos armados.
De nuevo son fotógrafos los que pierden la vida en su intento por retratar quizá la que sea la parte más mísera del ser humano. Ha sido en la ciudad de Misrata, con el estallido de una granada de mortero que causaba la muerte instantánea a Hetherington y hería a otros tres periodistas, entre ellos Hondros, quien moría horas más tardes.
El régimen libio ha lamentado las muertes si bien han declinado cualquier responsabilidad en el desgraciado suceso.
El británico Tim Hetherington, de 41 años de edad, había dirigido el documental “Restrepo”, que retrataba las vidas de los miembros de las tropas norteamericanas en Afganistán. La película consiguió una nominación, como mejor documental, en la pasada edición de los Oscar se alzó con el Gran Premio del Jurado en Sundance 2010.
También poseía el World Press Photo por una instantánea sobre un soldado exhausto en Afganistán y trabajó para Human Rights Watch en las masacres de la frontera entre Dafur y Chad.
Por su parte, el estadounidense Chris Hondros, nacido también en 1970, fue nominado al Pulitzer, por su trabajo en Liberia, y galardonado con la Medalla de Oro “Robert Cappa” en 2005.
Su experiencia en conflictos bélicos era innegable y había cubierto las guerras de Kosovo, Angola, Sierra Leona, Líbano, Afganistán, Cachemira, Cisjordania, Irak y Liberia.
Por su parte, el Comité para la Protección de los periodistas, con sede en Nueva York, ha asegurado que posee documentación sobre más de 80 ataques a la prensa o a periodistas desde que comenzara el conflicto en Libia.
Misrata, al oeste del país, es la única ciudad que permanece bajo el control de los rebeldes y por ello que desde hace semanas está siendo sometida a un asedio extremo por las tropas del coronel Gadafi.