Imagínate que haces una buena foto. O, al menos, a ti te lo parece. Pero a medida que vas enseñándole a tus amigos fotógrafos tu fotón empiezan a surgir las inevitables controversias. Unos te dicen que tiene poca luz; otros que está un poco quemada; y otros que está plana, que le falta contraste. ¿Hay alguna forma de saber objetivamente quién tiene razón? En esto de la fotografía, ¿todo es mera opinión o hay algún parámetro objetivo?
Bien, pues lo cierto es que hoy en día resulta muy sencillo saber si una foto ha sido tomada correctamente o no (que no determinar si es buena o no); y la mejor herramienta para saberlo es el histograma.
El histograma es un gráfico que viene implementado en la mayor parte de las cámaras digitales de gama media y alta y en los programas de edición de imágenes. Seguro que lo has visto alguna vez: unas montañitas negras o de colores que se elevan sobre una línea.
Pues bien, su función es la de representar gráficamente los tonos y los colores que componen una fotografía dada. El extremo izquierdo de la línea base representa los tonos y los colores oscuros, mientras que el extremo derecho representa los tonos y los colores más claros.
Asimismo, la altura de las montañas que integran el histograma indica la cantidad de tonos o colores que hay en cada segmento lumínico, de tal modo que un histograma desplazado a la izquierda (foto con dominancia de tonos oscuros) o a la derecha (dominancia de tonos claros) significa, habitualmente, una foto tonalmente desequilibrada.
Si lo que buscas es la corrección tonal, la solución es bien sencilla. Antes de disparar, activa el histograma e intenta, mediante la velocidad de obturación, la velocidad ISO y la apertura, que haya datos en cada una de las partes de aquél.
Si eres perezoso y has confiado tu arte al azar, casi siempre podrás retocar el histograma con programas como Photoshop. Herramientas como la curva de tonos, los niveles o el contraste te permitirán desplazar las montañitas de datos que integran el histograma.
Ahora bien, ten presente que las luces quemadas y los negros absolutos (extremos izquierdo y derecho del histograma) no se pueden recuperar, ya que no contienen ninguna clase de información.
Interpretar un histograma es muy sencillo. Si observas que los datos se acumulan a la izquierda de éste y no hay puntos negros en la derecha, eso quiere decir que tu foto necesita luz para estar equilibrada. Por contra, si ves que los datos se acumulan a la derecha del histograma, eso quiere decir que faltan tonos oscuros. Por último, si ves que el histograma es plano (todas las montañas están a la misma altura), debes saber que a tu foto le falta contraste.
Pero ojo: la corrección tonal (un histograma equilibrado) no implica que la foto sea buena. Hay técnicas y estilos que se basan justamente en forzar el histograma. La clave alta, por ejemplo, prescinde prácticamente de los tonos oscuros; mientras que la clave baja hace justamente lo contrario. El HDR suele ofrecer un histograma plano (ya que recupera detalles en todas las tonalidades); mientras que un contraluz describe una especie de valle (mucha información en los extremos).
En definitiva: el histograma es una herramienta esencial para entender qué es lo que estás haciendo al tomar una foto o al editarla; pero hay que evitar obsesionarse con él. De lo que se trata es de controlarlo, no de que te esclavice.