La creatividad de un fotógrafo no sólo se puede apreciar en la composición, los motivos o el procesado de sus fotografías. También resulta especialmente importante a la hora de realizar proyectos de largo recorrido o de organizar exposiciones.
El trabajo del fotógrafo británico Martin Parr siempre se ha caracterizado por su inteligentísima manera de aproximarse a la fotografía social. Lejos de ser un imperturbable y objetivo testigo de lo que acontece, su mirada juega con los significados y los sentidos hasta dar con una representación crítica de la realidad.
Miembro de la Agencia Magnum desde hace ya más de dieciocho años, ha recibido premios importantísimos, como el Erich Salomon o el Baume et Mercier de PHotoEspaña.
En la exposición “Souvenir. Martin Parr, fotografía y coleccionismo”, Martin Parr ahonda en la naturaleza del turista postmoderno para retratar los rasgos comunes en todo viajante, haciendo especial hincapié en los objetos fetiche de éste: los souvenirs.
Por otra parte, el fotoperiodista de Surrey subraya uno de los aspectos más destacados en el mundo del turismo moderno: la omnipresencia de la fotografía-recuerdo, la documentación no profesional del mundo y su acontecer.
Así, si uno se para a pensarlo, el turista es el único sujeto que cuenta con carta blanca para hacer fotos en cualquier lugar del planeta. Se trata (casi) de una nueva especie existencial que puede saltarse todas las barreras políticas y culturales para inmortalizar sus viajes con una cámara fotográfica (no como sucede con el fotoperiodista, que no es aceptado en determinados ámbitos).
Todas estas nociones y conceptos, unidos a una técnica exquisita, hacen de “Souvenir. Martin Parr, fotografía y coleccionismo” una exposición interesantísima, que está teniendo lugar en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona desde el pasado 29 de mayo y que se prolongará hasta el próximo 21 de octubre.