Su decimoséptima edición ha sido, sin duda, una de las más críticas del premio de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña. Aunque se conocía el nombre de los fotoperiodistas finalistas desde finales del pasado mes de noviembre, no ha sido hasta hace apenas unas semanas cuando se ha conocido al fin el nombre del ganador absoluto.
El sueco Niclas Hammasrtröm, que apuntaba claramente a ganador gracias a su serie sobre la ciudad siria de Aleppo, no recibió el premio hasta entrado el año 2014 por su propia seguridad. Había sido secuestrado en Siria y su vida corría peligro si se anunciaba la importancia de su obra en el mundo occidental.
De este modo, su ausencia en la presentación que se hizo ayer de la exposición del Luis Valtueña en la sala CentroCentro de Madrid estuvo más que justificada, ya que aún se está recuperando de las secuelas del prolongado cautiverio.
Los que sí acudieron para ponerle cara a sus obras fueron los otros tres finalistas, que posaron orgullosos frente a sus respectivos trabajos.
Wai Hnin Tun (birmana residente en España) habló de La casa de la buena vida, un refugio ubicado en Málaga que acoge a personas marginadas; el italiano afincado en México Fabio Cuttica presentó su serie La senda tenebrosa, la odisea de los inmigrantes a través de México; mientras que el español Mingo Venero posó junto a Errantes por un sueño, impresionante serie sobre la inmigración subsahariana.
La exposición del último premio Luis Valtueña se podrá visitar en la mencionada sala CentroCentro de Madrid hasta el próximo día 2 de febrero, y se presenta como un evento esencial en la formación cultural, artística y humanitaria de cualquier persona a la que le interese la fotografía o el mundo que le rodea.