El mercado nos depara a veces algunas sorpresas que se mueven entre lo risible y lo fantástico. Pocos podían imaginar que internet y la moda terminarían dando lugar al diseño de cámaras de fotos que parecen teléfonos o (agárrense) frascos de perfume, como el último modelo presentado por Sony para el mercado nipón.
La Sony Cyber-shot DSC-KW11 es, muy probablemente, la cámara más aberrante que hemos visto hasta la fecha. Imitando el aspecto de los célebres frascos de perfume Swarovski, está ideada para que hacerse un selfie se convierta en un ejercicio de puro hedonismo.
Su objetivo está situado sobre el cuerpo limpio y sin apenas botones, y se puede rotar como si efectivamente se tratase de la tapa de un frasco. La práctica totalidad del cuerpo está ocupada por una pantalla OLED de 3,3 pulgadas, mientras que el resto de éste permanece limpio.
En lo que se refiere a su interior, la KW11 monta un sensor CMOS de 1/2,3 pulgadas de 19 megapíxeles, además de diversos dispositivos WIFI y NFC para subir las fotos a internet de manera instantánea.
Su objetivo (sí, rotatorio) es un 21 milímetros (gran angular) que trabaja con una magnífica luminosidad de f/2, y que, según la nota de prensa de la compañía japonesa, es ideal para sacar nuestra cara y nuestro cuerpo de una manera estilizada, un poco al estilo El Greco.
Por supuesto, la cámara dispone de un software integrado que permite aplicar filtros de todos los colores, y está destinada para un tipo de usuario que por suerte aún no existe en nuestro país (aunque por poco tiempo, me temo): jóvenes para los que su aspecto y el lujo es lo más relevante del mundo.
Disponible en cuatro colores perla, por ahora sólo se comercializará en la región Asia Pacífico y se desconoce su precio.
Más información: Sony Asia