Hablar de Anton Corbijn supone hablar indefectiblemente de música. Desde que inició su carrera como fotógrafo en 1972, el artista holandés (afincado en Londres desde 1979) ha vivido en las entrañas de la vanguardia musical compartiendo experiencias con algunos de los mitos más grandes de la historia reciente del mundo sonoro, como Joy Division, Tom Waits o Nirvana.
Obviamente, su talento para encontrarse en el lugar oportuno y para hacer unos retratos extraños y fascinantes le valieron la atención de revistas como Vogue o Rolling Stone, para las que ha realizado la mayor parte de sus trabajos más célebres.
Pero llegó un momento en el que a Corbijn no le bastó con la fotografía. Su relación con diversas formaciones y artistas lo llevaron a convertirse en un afamado y magistral director de vídeos musicales, como esa obra maestra que es “One” (de U2) o “Personal Jesus” (de Depeche Mode).
Durante la última década, el artista de la imagen holandés ha ido más allá y ha terminado dedicándose al cine (aunque sin dejar la fotografía), rodando películas con una impresionante fotografía como “Control”, que gira en torno a la convulsa vida de Ian Curtis, cantante y letrista de Joy Division.
En lo que se refiere al estilo visual de Anton Corbijn, éste se caracteriza mayormente por el naturalismo y el empleo absolutamente magistral de los blancos y los negros.
Sí, lo suyo es el retrato y la fotografía en blanco y negro; pero no se trata sencillamente de eso. Cuando uno observa detenidamente los retratos que le ha hecho (por ejemplo) a Tom Waits, descubre en ellos un perfecto juego de volúmenes negros que estallan sobre fondos blancos o neutros.
Esta manera de comprender el equilibrio de tonos ha determinado en gran medida la fotografía musical de los últimos veinte años, y se halla presente no sólo en sus fotos, sino también en sus vídeos o en sus películas.
Finalmente, otro rasgo que hace de Anton Corbijn un artista peculiar es su capacidad para abstraer a los artistas que retrata de su entorno. Su cámara posee la extraña cualidad de raptar a los personajes célebres de su vida pública para mostrarlos serenos, apacibles y humanos.
[…] La exposición se inauguró por primera vez el pasado año en el Festival de Mérida, y está repleta de auténticas joyas del retrato en blanco y negro. […]