Se llama proceso cruzado a una variante de procesado fotográfico que consiste en cruzar los productos químicos que se emplean en el cuarto oscuro para revelar diapositivas y negativos. Así, muchos historiadores sugieren que el proceso cruzado se inventó por mero azar, por error.
En otras palabras: en el cuarto oscuro, los productos químicos que se emplean para revelar un negativo son diferentes a los que se utilizan para procesar una diapositiva. Ahora bien, si aplicas los líquidos propios del positivado de un negativo en el procesado de una diapositiva, obtendrás una fotografía con colores y contrastes inusuales; del mismo modo que si empleas los productos químicos del procesado de diapositivas en el revelado de negativos.
Así, fundamentalmente, hay dos tipos de proceso cruzado: el que se produce cuando se emplean líquidos de diapositiva sobre un negativo y el que se produce cuando se utilizan líquidos de negativo sobre una diapositiva.
Este invento dio lugar a una tipo de fotografía que imita curiosamente el aspecto de las imágenes tomadas por una cámara lomográfica, y empezó a popularizarse gracias, sobre todo, a la fotografía de moda, con sus negros suaves, sus azules pronunciados y sus contrastes exagerados (que eliminan las imperfecciones de la piel, por cierto).
Hoy en día, los procesos cruzados son un lugar común dentro de la fotografía digital, y son muy fáciles de conseguir con programas de edición como Photoshop, Gimp o Lightroom, y además vienen implementados en programas con preajustes mecánicos como Instagram.
Es más, se puede afirmar, sin exagerar lo más mínimo, que el proceso cruzado es el responsable de que muchas de las fotografías subidas a Flickr tengan como una especie de “aire de familia”.
Para conseguir un proceso cruzado en Photoshop sólo es necesario manejar tres herramientas. El contraste (acentuándolo), las curvas de los colores (basta con acceder a la pestaña RGB y variar el valor numérico de cada canal) y, finalmente, la saturación.
Lo explico sin entrar en pormenores porque es mucho más sencillo hacerlo de otra manera, que es bajándose de una página cualquiera una acción que realice el proceso por nosotros (se trata de algo mecánico, en realidad).
Una vez hayamos aplicado la acción, sólo tenemos que modificar su resultado a nuestro gusto jugando con la opacidad de la capa que contiene el cruzado, manejando el contraste y la saturación o introduciendo viñeteados.
Eso sí, antes de guardar la fotografía cruzada, piénsate dos veces si merece la pena lo que has obtenido. El proceso cruzado puede terminar convirtiéndose en una manía visual que impide apreciar el valor o la belleza de los colores “reales”.