Igual el nombre no os suena en absoluto, pero seguro que alguna vez habéis visto alguna de sus controvertidas fotografías: miles y miles de personas apiñadas y desnudas en mitad de una ciudad cualquiera reivindicando o celebrando alguna clase de causa.
El fotógrafo estadounidense Spencer Tunick lo hizo por primera vez en Londres en el año 1986, y desde que recibió el premio Emerson College dos años después, no ha parado hasta el momento.
¿Qué pretende con estas imágenes? Dicen que generar una tensión entre lo público (la calle) y lo privado (la desnudez), una nueva forma de happening (evento, montaje o acción con pretensiones estéticas o artísticas) que emplea la fotografía como medio expresivo.
El revuelo formado al principio fue tal que realizó dos grandes series en los EEUU (“Naked States”) y en el resto del mundo (“Nude Adrift”) que terminaron con su arresto en Manhattan (1994).
En cualquier caso, su obra ha terminado disfrutando de cierto reconocimiento y cada año se ha enfrentado a un nuevo reto, como el de reunir cada vez a más personas o el más reciente: homenajear en Múnich “El anillo de los Nibelungos” de Richard Wagner con motivo de la inauguración del Festival de Ópera de Múnich.
El resultado lo podéis ver al principio de la entrada: mil setecientas personas desnudas y pintadas de rojo cual tomates con extremidades frente a la ópera de la ciudad alemana.
Los participantes en tamaño ingenio fotográfico y estético lo hacen por mero amor al arte (y habitualmente al nudismo), y sólo se llevan por salir en la foto como Dios los trajo al mundo una réplica de ésta.
Si os fijáis en su expresión corporal, la verdad es que parece que se lo pasaron en grande mientras el bueno de Tunick volvía a hacer de las suyas (aunque esta vez sin problemas con la autoridad).