Aparte de captar el movimiento de los coches, capturando la estela roja (cuando cogemos a los coches por detrás), o blanca (cuando los fotografiamos por delante), o una mezcla de unas y otras (cuando hacemos fotos en avenidas en las que se cruzan coches en una y otra dirección), abrir más de la cuenta el obturador de la cámara de fotos puede permitirnos crear distorsiones muy curiosas, por ejemplo, si movemos un objeto luminoso en la oscuridad (se puede escribir, hacer dibujos), o incluso si hacemos fotos en sitios donde hay mucha gente en movimiento. En este último caso, la fotografía resultante será algo parecido a una reunión de fantasmas y de cuerpos difusos.
La velocidad de obturación también desempeña un papel fundamental a la hora de definir el contraste, la luminosidad y el color de nuestras fotografías. Así, en espacios bien iluminados o a plena luz del día, una vez establecida la apertura de diafragma y el ISO, si vemos que las tomas nos quedan con excesivo brillo, la posibilidad de aumentar la velocidad de obturación es una garantía para la obtención de imágenes bien definidas, que además refuerza el contraste y los colores. Esto se puede comprobar fácilmente en fotografías con un cielo azul de fondo.
Por último, en lo que se refiere al manejo de la cámara, y por si alguno aún no se ha leído el manual, conviene recordar que, a parte del modo manual (M) que todos conocemos, existen dos modos de control manual de la cámara que guardan relación con la velocidad de obturación. Uno en el que la velocidad es automática y la apertura manual, y otro en el que la velocidad es manual y la apertura es automática; resultando práctico cada uno en situaciones concretas que iréis descubriendo poco a poco.
Foto: HaSHe
[…] se permiten imágenes cuya estructura original sólo haya sido alterada en lo que se refiere a la luminosidad, el contraste y el color; no se admite el envío de imágenes por email y es necesario que éstas sean remitidas en formatos […]