La Guerra de Vietnam fue, sin lugar a dudas, uno de los conflictos más estúpidos, terribles y relevantes de nuestra historia reciente. Ni siquiera cintas tan cruentas como Apocalypse Now son capaces de dar cuenta de un horror que sigue reproduciéndose casi cuarenta años después.
Y esto es noticia porque el país asiático ha inaugurado una exposición de fotografías en Ho Chi Minh (antigua Saigón) con la que pretende denunciar la impunidad con la que suele operar el país norteamericano y las empresas productoras de elementos químicos con las que trabaja.
Lo más lamentable del asunto es que la empresa Dow Chemical, productora del “agente naranja” durante el conflicto vietnamita, es una de las patrocinadoras de los Juegos Olímpicos de Londres, un completo contrasentido si tenemos en cuenta que el evento pretende expresar la concordia mundial.
La sustancia tóxica sigue causando malformaciones entre las sucesivas generaciones de vietnamitas, y se calcula que durante el conflicto bélico las tropas estadounidenses llegaron a verter ochenta millones de litros del agente naranja sobre la población.
Según la Cruz Roja, unos cinco millones de personas se han visto afectadas por el vertido de este agente corrosivo, de las que han muerto casi medio millón. Por otra parte, por ahora son trescientos mil los niños afectados por sus secuelas, naciendo con malformaciones terribles.
Las provincias centrales de Vietnam siguen contaminadas por el tóxico, y se considera que las próximas generaciones de vietnamitas (ya van tres) seguirán viéndose afectadas por el salvaje vertido.
La finalidad de la exposición inaugurada en Ho Chi Minh no es otra que la de reclamar justicia, así como denunciar a través de la fotografía la hipocresía de las naciones occidentales, capaces de obviar la tragedia e incluso de patrocinar los “juegos de la concordia” empleando como patrocinador al principal fabricante del tóxico.