Frangois Brunelle es un artista canadiense que encontró en la fotografía “el medio adecuado para dar rienda suelta a sus habilidades e inquietudes artísticas”.
Admirador perenne de la obra de Richard Avedon, todo su trabajo ha girado en torno al mundo del retrato, que emplea, al igual que el genial Gonnord, para dar forma gráfica al espíritu humano, a lo más esencial de nuestra curiosa forma de existencia.
Su último proyecto, titulado “I’m not a look-alike!” (algo así como “no soy tu gemelo”), está comenzando a dar que hablar entre diversos medios escritos por su originalidad, que salta por encima de todas las obviedades.
Así, todos hemos visto en más de una ocasión proyectos en los que se buscan las identidades y las diferencias entre los hermanos gemelos, pero nunca nos habíamos enfrentado (al menos yo) a un proyecto en el que se muestre la identidad en la diferencia.
Me explico: Brunelle no fotografía gemelos, realiza retratos de personas que no tienen ningún tipo de parentesco pero que se parecen de una forma extraordinaria.
Como imaginaréis, el trabajo del fotógrafo canadiense va mucho más allá del trabajo puramente fotográfico, ya que encuentra su mayor dificultad en la búsqueda y el consiguiente hallazgo de personas que se parezcan.
No en vano, su proyecto aún no ha terminado, ya que pretende encontrar 200 pseudo-gemelos; lo que le obliga a buscar rostros por todo el mundo.
De este modo, “I’m not a look-alike!” se puede entender como un estudio de los caprichos de la genética, que es capaz de diseñar dos rostros muy similares sin que medie entre ellos ninguna clase de parentesco.
En lo que se refiere a los retratos desde un punto de vista puramente fotográfico, éstos son luminosos, claros, directos y sencillos, y recuerdan, como no podía ser de otra manera, al trabajo de Richard Avedon.