No sólo de nuevos modelos de cámara vive el fotógrafo (ni la blogosfera). De hecho, siempre es más recomendable renovar y comprar objetivos de calidad que cambiar de cuerpo.
¿La razón? Muy sencillo: mientras el cambio de cuerpo no sea espectacular (pasar de sensor APS-C a Full Frame, por ejemplo), apenas notaremos la diferencia. Mientras que si pasamos de un objetivo mediocre a uno de calidad, nuestro trabajo gozará de un cambio notable.
Es más, observad muchas de las maravillas que se cuelgan en páginas como 500px y advertid cómo en muchas ocasiones se trabaja con cuerpos de gama baja… y objetivos de gama alta.
Pero vayamos a lo que nos ocupa:
Como ya anunciamos hace apenas un mes y medio, Sigma ha presentado uno de los objetivos más espectaculares de cuantos pueblan el universo de las lentes de gama alta: el flamante 18-35mm f1.8.
Destaca por encima de todo esa apertura constante (el sueño de cualquier fotógrafo que se precie) de f1.8; esto es: una apertura que no varía cuando hacemos uso del zoom (corto, también es cierto); pero también su construcción en latón, su estabilización avanzada, su motor de enfoque HSM marca de la casa, su diafragma de nueve palas y su construcción interior, compuesta por 17 elementos.
Recordar que se trata de un objetivo para cámaras réflex con sensor de tamaño APS-C (por ahora sólo Nikon y Canon, aunque prometen versiones para Sony y Pentax) y que pertenece a la gama Art de Sigma.
Ah, y a lo que íbamos: se pondrá a la venta a mediados del mes que viene por un precio que parte de los 880€ sin impuestos incluidos, lo que nos hace sospechar que esta maravilla terminará saliendo por unos 1000€ (lo que no nos parece en absoluto desorbitado).