La pasión que despiertan los toros en general y los encierros de San Fermines en particular entre fotógrafos y artistas es bien conocida. Fotografiar una manada de toros corriendo entre miles de personas más o menos ebrias (a pesar de los esfuerzos de los corredores profesionales y la policía) constituye un reclamo lleno de magnetismo para cualquier cámara.
Así, los organizadores de los encierros llevan ya tres años aprovechando este hecho para promocionar la fiesta a través de la creación del Concurso Internacional de Fotografía de Encierro, que está exclusivamente destinado a los fotógrafos acreditados.
¿Por qué? Muy sencillo: si entregasen un premio a la mejor foto de cualquier afotador no tardaríamos en asistir al incremento dramático de la cifra de heridos con cámara de fotos por asta de toro.
De este modo, los fotógrafos profesionales acreditados disparan desde unas ubicaciones protegidas y estratégicamente situadas a lo largo de los doce tramos que definen el recorrido.
El ganador de este año ha sido el pamplonica Eduardo Buxens, quien se ha hecho cargo del tramo de Mercaderes para mostrar una imagen en la que un toro arrolla a varios mozos mientras otro grupo de corredores se apelotonan contra una pared.
Se trata de la segunda vez que el fotógrafo del Diario de Navarra se hace con el premio a mejor foto de los encierros.
El público, por su parte, ha elegido como mejor fotografía la realizada por la también pamplonica Villar López, fotógrafa de la agencia EFE que se ha hecho cargo del tramo del ayuntamiento.
En ella, un mozo tirado en el suelo mira a los ojos al toro, que lo acecha a apenas medio metro.
El ganador se ha llevado 1500€, un trozo de la calzada y un trofeo hecho con un pedazo del vallado de madera. Los finalistas verán expuesto su trabajo en una exposición que tendrá lugar en el Palacio del Condestable.