Por qué las focales fijas rinden mejor que las dotadas de zoom es algo de lo que se ha hablado cientos de veces en estas y otras páginas: al trabajar con una cobertura focal constante, cada cristal ha sido ajustado de tal modo que rinde de forma óptima en cualquier circunstancia. Además, su precio es inferior al de los objetivos con zoom, que, de trabajar con una apertura constante (como el glorioso e insuperable Canon 70-200 mm f/2.8), se van a precios astronómicos.
Pues bien, Nikon acaba de lanzar uno de esos objetivos fijos que terminarán marcando una época, o al menos eso es lo que afirma el director de objetivos de Nikon en Europa:
Sus cualidades y características superan las convenciones de medición estándares. Este objetivo pasará a la historia como un clásico.
Sobre el papel, la lente pinta muy bien: un fijo de 58 mm con una apertura máxima de 1.4 y con una construcción interna inteligente y precisa: cada una de las láminas que integra el objetivo ha sido recubierta por unos nanocristales que impiden los reflejos y los artefactos fantasmas, garantizando una imagen nítida y contrastada.
Por otra parte, su lente frontal ha sido retirada hasta el interior del objetivo para que la luz no incida de forma directa en él, facilitando la lucha contra el flare.
Por último, el Nikkor 58 dispone de un motor de enfoque silencioso y rápido denominado SWN, que promete rendir de forma óptima en todas las circunstancias lumínicas.
Especialmente adecuado para retrato (aunque con una cobertura focal lo suficientemente versátil como para emplearlo para fotografía callejera u otros menesteres), saldrá a la venta en nuestro país a finales del presente mes de octubre, y su precio rondará los 1600€.