Como viene siendo norma desde el origen de los tiempos, a la presentación de la nueva cámara de Nikon le ha seguido el lanzamiento de dos nuevos objetivos, que vienen a hacer más apetecible la adquisición de la sin espejo avanzada de la marca japonesa.
El primero es en realidad una reformulación del zoom estándar para estos modelos: un 10-30mm f/3.5-5.6 VR, que en paso universal se convierte en un 27-81mm (es decir, el rango focal más utilizado por el común de los mortales).
Destacan sobre todo su diseño compacto (es ligerísimo para tratarse de un zoom) y la motorización de su funcionamiento, que hará mucho más fluido su comportamiento a la hora de grabar vídeo.
Aunque el que realmente ha llamado la atención ha sido el nuevo teleobjetivo 70-300mm f/4.5-5.6 VR, que traducido a lenguaje universal (el de los 35mm) se convierte en un potentísimo 189-810mm gracias al factor de multiplicación del sensor CX de la Nikon 1 V3.
Al trabajar con tamaña cobertura focal, el nuevo 70-300 cuenta con estabilizador integrado para que no trepidemos en las distancias largas, y además incorpora un sistema de enfoque automático.
No es excesivamente grande para tratarse de un teleobjetivo, y según Nikon se trata de una focal especialmente apropiada para realizar fotografías de deporte y de naturaleza.
Su luminosidad no es especialmente brillante (apertura máxima de f/4.5), claro que para hacernos con un tele que sea luminoso en toda su cobertura focal tendríamos que desembolsar una importante cantidad de dinero.
Aunque no se poseen más datos acerca de sus precios y fecha de salida, se presume que las dos lentes se comercializarán junto con la nueva Nikon 1 en sendos packs.