La Galería Saatchi ha conseguido convertirse, con sólo 30 años de vida, en uno de los máximos exponentes del arte contemporáneo europeo. Con sede en Londres, acoge las expresiones artísticas actuales más relevantes, y además se deja seducir cada cierto tiempo por otras empresas para organizar festivales y concursos.
El certamen de Fotografía en Movimiento es el resultado del trabajo conjunto de Saatchi y Google+, y pretende, según palabras de la propia organización, “reconocer el potencial de las nuevas tecnologías”, asumiendo los nuevos derroteros de la expresión fotográfica yendo mucho más allá de los filtros que nos venden con los smartphones.
En su primera edición, que se clausuró ayer, el Premio Saatchi de Fotografía en Movimiento recibió obras procedentes de 4000 fotógrafos oriundos de 52 países distintos, lo que demuestra que la apuesta de la galería londinense por la fotografía avant garde tendrá continuidad en próximas ediciones.
La ganadora del primer premio fue la estadounidense Cristina Rinaldi, quien eligió el tema urbano entre los seis propuestos y se hizo con un premio consistente en un viaje a “algún lugar del mundo” para desarrollar su arte acompañada por un fotógrafo o un cineasta de su elección.
La técnica de la fotografía en movimiento
Más allá de lo sugerente que pueda resultar el Premio Saatchi por su concepto y su recompensa, llama poderosamente la atención la técnica empleada por los concursantes. Denominada Cinemagraph, consiste básicamente en fundir en una misma imagen fotografía y vídeo, dando lugar a una escena fija en la que sólo se mueve un elemento. De este modo se consigue generar una composición de alto contenido poético.
La técnica para conseguir estos espectaculares resultados no puede ser, sin embargo, más sencilla: a grandes rasgos, sólo hay que grabar secuencias de vídeo y tomar fotos de una misma escena empleando un trípode para que ambos formatos coincidan sobre la imagen final. Posteriormente, para introducir la escena de vídeo sobre un fragmento de la fotografía debemos abrir ambos archivos con Photoshop, tratar la foto, introducir el vídeo en una capa de ajuste y, finalmente, aplicar una máscara sobre la fotografía para que el elemento fijo sea sustituido por ese mismo elemento en movimiento.
Para más detalles, no dudéis en echarle un vistazo a este magnífico tutorial de dZoom.
Fuente: La Información