En esta ocasión le ha tocado a la marca parisina de cosméticos Dior, que acaba de estrenar su rentable maridaje con la preciosa mega-estrella hollywoodiense Natalie Portman para que luzca sus productos.
Así, la ASA (Autoridad de Normas de Publicidad) ha hecho llegar a la firma una denuncia según la cual la “intención fotográfica” del anuncio del nuevo rímel es excesiva, exagerando el volumen de las delicadas pestañas de la actriz y pudiendo llevar a engaño a los presumibles compradores del producto.
Dior ha contestado a la denuncia afirmando que con el empleo de Photoshop sólo se ha pretendido darle un aspecto uniforme a la mirada de la Portman, y que la fotografía empleada ni siquiera estaba destinada a este uso cuando se tomó.
Es más (continúa la firma gabacha), ni siquiera han recibido una queja por parte de sus consumidores, por lo que no consideran que el aspecto de las pestañas de la actriz vaya más allá de las expectativas de éstos.
La denuncia, en realidad, tiene truco: no procede de ningún usuario del rímel de Dior, sino de la competencia, que no es otra que L’Oréal.
De tal modo que, según los analistas, la denuncia no tiene otro objeto que el de allanar el camino para que la competencia presente su propio rímel sin tener que hacerle frente a la inmensa figura de Natalie Portman.
En cualquier caso, el recurso ha cuajado, por lo que Dior tendrá que retirar la campaña y plantear un nuevo anuncio menos desmesurado.
Aunque el empleo de Photoshop para alargar figuras y exagerar la delgadez de las modelos sea siempre denunciable, en este caso parece que tampoco se esté haciendo daño a nadie por el hecho de alargar unas pestañas, y que la denuncia sólo responde a una estrategia comercial.
Es más, ¿no creéis que a estas alturas de la película todos los espectadores son conscientes de que detrás de cada anuncio (que no atente contra la salud pública, por supuesto) hay un retoque y que éste está perfectamente asumido?