Como ya comentamos hace unos meses, uno de los grandes peligros que nos acechan tras las técnicas de enfoque digital es el ruido. Cuanto más se fuerza el enfoque de una imagen determinada, más destacan sus píxeles sin información (teoría del caos). Y es que el sobreenfoque (si es que existe el concepto) es una de las manías más extendidas entre los fotógrafos noveles.
Nos da la sensación de que los detalles nunca están suficientemente subrayados, que un pelín más de definición sobre ese ojo, sobre esa silueta o sobre aquella oveja que mira a poniente convertirán una buena foto en una obra maestra.
Obviamente, nos equivocamos una vez más (qué fácil es equivocarse en fotografía). Hay grandes fotos que se basan antes en el desenfoque que en el enfoque, y pretender siempre una definición sobrenatural es un indicio de que eres un geek o un tecnófilo; de que confundes las prestaciones de una cámara o un objetivo (más bien) con las imágenes que eres capaz de captar.
En cualquier caso, una herramienta muy útil para jugar con el enfoque de una imagen es el filtro de Paso Alto de Photoshop, que se encuentra en Filtros ? Otros ? Paso Alto.
Lo que hace esta herramienta es resaltar los bordes enfocados de una foto sobre el fondo no enfocado.
Primero hay que duplicar la capa “background”, luego aplicar el filtro sobre la capa duplicada (se recomienda no superar el valor de 2) y finalmente se elige la forma de fusión de ésta con la capa original. Las formas de fusión son “overlay” (normal), “hard light” (fuerte) y “soft light” (débil), que, como sus nombres indican, acentúan más o menos el enfoque de los bordes.
Ahora bien: cuando se aplica el filtro de Paso Alto al “background” duplicado observaremos que éste se tiñe de gris, adoptando un aspecto bastante atractivo (de hecho, muchas veces he pensado en dejarlo así). Sobre esta trama grisácea, aparecen en relieve los bordes enfocados. Perfecto. Pero ¿qué sucede con las partes grisáceas en las que no hay perfiles que destacar? Muy sencillo: se llenan de ruido.
En el caso de que se trate de una imagen tomada con un ISO bajo, el ruido generado será prácticamente inapreciable (a no ser que trabajes con impresiones de gran formato); pero en el caso de que se trate de una imagen tomada con un ISO alto y en la que abunden regiones oscuras (fotografía de conciertos, por ejemplo), todos los negros se llenarán de puntos blancos (ruido) y la fotografía estará ya perfectamente ajustada para poder arrastrarla a la papelera y para que nos pongamos a otra cosa (como la carpintería).
Hay muchísimos métodos para conseguir que el filtro de Paso Alto actúe únicamente sobre las zonas que nos interesan, como borrar toda la trama gris que rodea los bordes enfocados o aplicar una máscara. Pero se trata de un método bastante impreciso y con el que se pierde mucho tiempo.
Trasteando y trasteando di con un método que seguro que ya se les ha ocurrido a muchísimos freaks del retoque digital. Los pasos son los siguientes:
Antes de duplicar la capa “background” para aplicarle el polémico filtro, echamos mano de la herramienta “magic wand tool” (denominada usualmente como “varita mágica”) y seleccionamos solamente aquellas partes de la foto que están bien iluminadas y enfocadas. Una vez hecha la selección, la copiamos y la pegamos en un nuevo layer sobre el “background”. Entonces sí, entonces aplicamos sobre la selección pegada en el nuevo layer el Paso Alto sin infartos, seguros de que el filtro no resaltará el ruido del fondo.
Un último apunte: para que el experimento funcione, es recomendable tener cuidado con la selección de las zonas menos oscuras y enfocadas. Es necesario jugar con el porcentaje de tolerancia de la selección para obtener un buen resultado. Es preferible seleccionar grandes áreas homogéneas a seleccionar pequeños puntos y detalles que estropearán el resultado final.
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